Existe la creencia de que el remolque tiene que ser siempre un armatoste cuadrado con ruedas, enganchado a un coche. Algo parecido a lo que sucedía con los ordenadores, hasta que llegó Steve Jobs y creó Apple, que apostando por el diseño, convirtió meros objetos de trabajo en piezas de diseño, ganando no solo en estética sino que también en funcionalidad.