Hay ocasiones en las que el maletero del coche se te queda corto, pero no quieres renunciar a la comodidad de tu vehículo para transportar objetos de grandes dimensiones, como bicicletas, animales, motos, quads e, incluso, embarcaciones de recreo. La mejor solución para no pagar a una empresa que se encargue del envío de estos objetos es utilizar un remolque. Sin embargo, antes de instalar la bola, debes tener en cuenta una serie de aspectos que cambian en el reglamento de circulación.
Llevar un remolque no es complicado, pero la forma de conducir cambia mucho respecto a la de un turismo normal. Debes respetar otros límites de velocidad, ya que el límite de velocidad en autovía pasaría a ser 90 km/h, mientras que en carreteras convencionales no podrías superar los 80 km/h. El mayor cambio que vas a notar es a la hora de maniobrar, por lo que la Dirección General de Tráfico recomienda practicar antes en un lugar apartado y sin tráfico.
Si es la primera vez que utilizas un remolque debes tener mucha precaución para evitar un accidente y ocasionar daños a terceros. Ahora bien, ¿qué ocurre si al aparcar tienes un percance?
Para conducir con un remolque no solo es necesario acoplarlo correctamente, sino que tienes que pasar un proceso de homologación que varía en función de la carga que pueda soportar. Hay dos tipos de remolque según su Masa Máxima Autorizada (MMA): remolques ligeros (MMA inferior 750 kg) y los remolques no ligeros (superan los 750 kg de MMA).
Si solo transportas un par de bicicletas u otros objetos que no ocupan demasiado espacio, el remolque ligero es más que suficiente. Este tipo de remolque no necesita permiso de circulación, matrícula propia, ni seguro. Aunque no sea obligatorio contratar una póliza específica para este tipo de remolques, debes tener en cuenta que puedes causar daños a terceros. En cambio, si tu remolque es más grande, debe tener un permiso de circulación, matrícula propia y seguro.
En el caso de los remolques no ligeros, al tener que contar con un seguro obligatorio, está claro que el seguro se hará cargo de los daños en un accidente en función del tipo de póliza que haya contratado el conductor. Ahora bien, ¿qué ocurre si sufres un incidente con un remolque ligero sin seguro?
En la mayoría de los casos, este tipo de vehículos no motorizados están cubiertos por la póliza de tu coche, aunque existen una serie de requisitos que varían en función de la aseguradora. La responsabilidad civil voluntaria también incluye los remolques ligeros. Por ese motivo, este tipo de vehículos llevan la misma matrícula que la del vehículo tractor.
Por lo general, la cobertura de responsabilidad civil se extiende a los remolques aunque no cuenten con un seguro propio, pero no todas las garantías son iguales. Las aseguradoras pueden decidir qué daños ocasionados en el remolque quedan cubiertos y cuáles no. Lo habitual es que las coberturas de lunas, robo y daños no se apliquen para los remolques ligeros aunque estén recogidas en la póliza del vehículo tractor. Si el remolque no está bien acoplado y choca contra el vehículo al que está enganchado, el seguro no se hará cargo de cubrir los daños.
Fuente: www.lavanguardia.com